Estudio sobre seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por los menores españoles

Jorge Flores fue uno de los expertos que contribuyeron a la realización del estudio publicado por Orange e INTECO en Mayo de 2010, aportando la amplia experiencia de PantallasAmigas en diversos de los temas abordados en el mismo. El informe incluye una serie de consejos de seguridad tanto para los menores como para sus padres y educadores. Puedes descargar en PDF el estudio en castellano o en inglés.

Fragmento del estudio: consejos y recomendaciones generales

Es una realidad que los niños y adolescentes españoles utilizan el teléfono móvil, y lo hacen de manera intensiva, aprovechando al máximo las posibilidades de comunicación y ocio que tales dispositivos permiten. A los padres les tranquiliza saber que sus hijos disponen de móvil, y ése es el factor determinante a la hora de decidir sobre el acceso del menor a la telefonía móvil (que, por otra parte, suele producirse entre los 10 y los 12 años). Para que los chavales puedan sacar el máximo provecho de las oportunidades que les permite la telefonía móvil, es necesario que tengan un conocimiento profundo de las situaciones (amenazas y riesgos) que pueden ocurrir. A los efectos del estudio, estas situaciones se han agrupado en siete grandes bloques, que a su vez son las áreas identificadas por los expertos consultados:
  1. Uso excesivo del teléfono móvil, que puede llevar aparejado un gasto desproporcionado o incluso (en los casos más graves) suponer un trastorno de adicción tecnológica (aislamiento, afección al rendimiento escolar, desatención a los compromisos sociales…)
  2. Situaciones que pueden poner en peligro la privacidad del menor, bien sea de manera voluntaria (el propio menor difunde datos personales a través del teléfono móvil) o de manera involuntaria (una tercera persona difunde datos –o imágenes- personales del menor). En este aspecto, el tema del consentimiento es prácticamente intrascendente, ya que en muchas ocasiones el propio menor “consiente” la creación y distribución de imágenes. El punto crítico aquí es la privacidad del menor.
  3. Acceso a contenidos no apropiados para la edad del menor, tanto si son legales como ilegales. En el estudio se analizan dos tipos de contenidos inapropiados: los que tienen que ver con contenidos sexuales y los que implican racismo y/o violencia. La forma de acceder a estos contenidos puede ser a través de Internet o a través de fotografías o vídeos que llegan al teléfono del menor. El riesgo, en este caso, radica en el efecto que podría ejercer sobre el menor la visualización de imágenes no apropiadas a su nivel de madurez.
  4. Situaciones de ciberbullying (intimidación u hostigamiento entre menores), que pueden ocurrir a través del envío de mensajes o llamadas ofensivas o amenazantes o la difusión de imágenes de agresiones entre menores. En este caso, el riesgo es idéntico al que se produce en el caso de que el acoso se produzca en el mundo físico, y tiene que ver con las consecuencias psicológicas que se pueden desencadenar en la víctima. La gravedad de llevar a cabo este tipo de comportamientos a través de medios telemáticos radica en dos aspectos: en primer lugar, el anonimato que permite el teléfono móvil puede facilitar la realización de episodios de insultos o amenazas que quizás no se llevarían a cabo cara a cara; en segundo lugar, con el teléfono móvil o Internet el acoso trasciende cualquier demarcación de carácter físico o temporal, ya que puede ocurrir en cualquier lugar y momento.
  5. Situaciones de grooming, que es el proceso de seducción o engatusamiento llevado a cabo por un adulto, que tiene como víctima un menor, y que persigue una finalidad de carácter sexual explícita o implícita. En esta definición tan amplia cabe una casuística heterogénea y compleja. En general, los distintos escenarios tienen en común que el adulto aprovecha su posición de poder sobre el menor para, recurriendo al engaño o al chantaje, conseguir algo del menor (imágenes con contenido sexual o encuentros en la vida real).
  6. Situaciones que pueden implicar pérdidas económicas o constituir un fraude. Ya no se trata de un gasto elevado derivado de un consumo excesivo, sino de la utilización de servicios (descargas, envíos de mensajes para participar en promociones y concursos, etc.) que, aparte de llevar asociado un coste económico elevado, pueden tener unas condiciones de uso confusas o engañosas.
  7. Situaciones que tienen que ver con la infección del teléfono móvil con código malicioso o con la recepción de spam (publicidad no solicitada). El malware para teléfonos móviles, aunque todavía infrecuente, puede suponer un riesgo de carácter técnico para el terminal. En el caso del spam la situación es diferente: la recepción de publicidad no deseada está más relacionada con situaciones que pueden ser engañosas.